Para la industria de alimentos, la temperatura es una de las variables físicas más importantes, siendo crucial en la determinación de la calidad de los mismos alimentos.
La medida de temperatura es también una de las tareas de medición más comunes que hay. Puede aplicarse en la producción, transporte, almacenamiento o servicio de los alimentos. Los termómetros son instrumentos de medición para determinar la temperatura de un cuerpo.
En el sector alimentario, deben realizarse mediciones de temperaturas periódicas debido a la normativa de seguridad alimentaria (HACCP), jugando un papel importante. Estas mediciones son cruciales para controlar los microorganismos patógenos en los alimentos. Estos microorganismos pueden provocar enfermedades que pueden transmitir los mismos alimentos, estos crecen lento en entornos con bajas temperaturas, se multiplican de forma rápida a temperaturas de rango medio y mueren si son sometidos a altas temperaturas. Los alimentos y bebidas, por motivos de seguridad, tienen que mantenerse a temperaturas frías para evitar el crecimiento de las bacterias.
Para asegurar que las mediciones en temperatura sean correctas y precisas es importante realizar la calibración de termómetros. La calibración es el proceso de comparar los valores obtenidos por un instrumento de medición con la medida correspondiente de un patrón de referencia y es fundamental en la industria alimentaria donde los cambios de temperatura pueden tener consecuencias perjudiciales, tanto para los productos como para los consumidores.
La calibración de termómetros periódica debe ser efectuada por expertos en metrología, debido a que implica ajustes sumamente detallados para que los termómetros tengan un rango de error nulo. Pese a no realizarse con tanta frecuencia, es indispensable para fijar el parámetro que orientara las mediciones diarias.
Es un error muy grave el tomar a la ligera la calibración de instrumentos en cualquier tipo de industria, pero tiene un mayor impacto en aquellas industrias donde se dedican a fabricar productos para el consumo humano, como lo es en la industria alimentaria.
Derivando de esto:
- Resultados incorrectos. Cuando las determinaciones no son precisas, los resultados finales también serán inexactos, comprometiendo así la calidad del producto.
- Seguridad en riesgo. Los equipos pueden presentar desde temperaturas muy altas, afectando a las máquinas, temperaturas bajas, que comprometan la eliminación de microorganismos o la cocción de los alimentos, causando así afectaciones en la vida útil del producto y daños en los consumidores.
- Mala reputación. Si el producto fabricado con instrumentos sin calibrar llega al mercado, puede tener secuelas sobre los usuarios finales, desencadenando malos comentarios, quejas, retiros del mercado e inclusive conflictos derivados por lotes perjudiciales o de mala calidad.
- Mermas en la producción. Un instrumento sin calibrar, afectará en los recursos materiales y humanos en los procesos operativos, provocando pérdidas productivas por inactividad y consumo de energía. Teniendo así que sustituir los bienes que no cumplieron con las especificaciones del producto terminado.
La disponibilidad de la tecnología de medición debe estar garantizada, ya que las calibraciones se han de realizar con mucha frecuencia si se usan varios termómetros. Un fallo significará que instrumentos de medición que pueden ser necesarios en producción no estén disponibles en estado calibrado.
Por estos motivos es muy importante considerar la calibración de los instrumentos de medición de temperatura, evitando de esta manera pérdidas mayores, daño a la reputación de la marca y afectación de los equipos de procesamiento. No ponga en riesgo la calidad de su negocio y de sus productos alimenticios. En GIMIM contamos con el apoyo de nuestra empresa filial CMIM S.A. de C.V. que ofrece servicios de calibración acreditada ante la EMA.